La respuesta es simple: sobrevive bajo la desaprobación silenciosa de los espectadores que se han acostumbrado a un desfile interminable de muerte. Pero, ¿qué sucede cuando un payaso común y corriente es arrojado al infierno por accidente. Todo el mundo sabe que los payasos asesinos habitan en las profundidades del infierno. ¡QUEMA, PAYASO, QUEMA. En este oscuro mundo de peligro, muerte y física ligeramente retorcida, el payaso tiene que realizar locas acrobacias para entretener a los goulish.
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